2020. 98 pp. ISBN 978-84-92628-73-2..
PVP: 12 euros.
Hoy en día el campo de la animación se ha redefinido por completo y, en el proceso, se ha expandido su vasto alcance. La parte más interesante de esa animación es la heredera del su carácter primigenio: la que ponía de manifiesto su carácter artificial, admitiendo sin complejos que sus imágenes son meras representaciones. Desde este punto de partida, las autoras de este libro se centran en diseccionar el flujo de trabajo que proponen desde las aulas de una escuela de arte y superior de diseño ―aplicable a cualquier otro entorno donde interese sobre todo el proceso artístico―, con respecto a la rotoscopia, técnica antiquísima de la animación tradicional con la que se pretendía originalmente conseguir la reproducción perfecta del movimiento para después experimentar con las posibilidades artísticas que ofrecía, y a la cinemagrafía, quizá una de las más novedosas prácticas de animación ―dejando a un lado aplicaciones concretas de la imagen de síntesis―, que combina la estaticidad propia de la fotografía con el dinamismo de la imagen de vídeo.
Se propone aquí un recorrido que se vehicula con el uso del lenguaje audiovisual y con la representación del movimiento aportado por las técnicas de animación, el grafismo, el dibujo…, apoyadas en diferentes desarrollos informáticos (es decir, software) y, sobre todo, las tecnologías ópticas de imagen (el cine, el vídeo y la fotografía), construcciones en las que se parte de la perspectiva de que tecnología tiene su origen etimológico en el término griego tekne (tecno-) ―que habría que traducir como habilidad, destreza o práctica― y logos (-logía) ―ciencia, conocimiento, estudio, es decir, la teoría―. Así pues: el arte del hacer humano.